AMAS: una interesante experiencia

En esta oportunidad asistimos al Centro GAM el sábado 22 de abril, y la obra que se estrenó es AMAS (Arqueología de la Memoria del Acoso Sexual) de Georgia del Campo Andrade, y que cuenta con la participación de las intérpretes Francisca Miranda Román y Camila Soto Gutiérrez, la composición musical a cargo de José Miguel Candela, en la iluminación José Antonio Palma Oliva y en vestuario a Nibaldo Manríquez. Pieza que se presenta en la sala N1 y estará en cartelera hasta el sábado 6 de mayo a las 20:00 horas.

Es curioso que se presente como danza, algo que no es danza, o no se vislumbren elementos propios de ella, pero que esté catalogada dentro de la programación como tal, cuando son obras más propias del performance, nuevos medios o cruces de artes. Esto en resumidas cuentas, provoca más reparos que aprobaciones.

Es así como me ha pasado anteriormente con dos obras en cartelera, y responsabilidad de la nueva Directora de Programación y Audiencias en GAM, María José Cifuentes, exdirectora del Centro Nave, lugar de investigación, creación y residencia de artes vivas.

La primera obra fue “Danzas Climáticas” de Amanda Piña y luego con “Cosmic microwave background live performance” de Ricardo Tapia Fernández Quiero dejar claro que no son malas piezas, al contrario, fueron interesantes trabajos de apreciar, pero como crítico de danza, fueron huesos duros de roer.

Creo inevitable agregar la etiqueta performance o la que sea necesaria para no dar malas señales de lo que uno va observar. Es claro que hoy el cruce de área es una normalidad y es positivo tanto para los creadores, como para el público esta libertad: teatro-danza, artes escénicas y las artes visuales, arquitectura y danza, etc., etc. y etc., pero no declararlo, no es un buen favor para todos. Por la misma razón, me negué a comentarlas, mi opinión no era positiva, debido a mi formación como bailarín y a la premisa con la que uno se presenta ante una sala.

Después de tomar el pulso de la nueva dirección, regrese al Centro GAM, lugar de vanguardia y epicentro de lo que se está haciendo en relación con democratizar el arte.

Sobre AMAS, podemos decir que es atractiva desde sus inicios. La idea de ingresar a una sala donde no existen butacas, sillas y la premisa es que se puede recorrer el espacio, es interesante, aunque en la práctica, el público siempre se terminara ubicando en algún punto fuera del centro de la escena.

La obra se plantea como una arqueología de la memoria del acoso sexual, según RAE, la arqueología literalmente es la “ciencia que estudia las artes, los monumentos y los objetos de la antigüedad, especialmente a través de sus restos”, si miramos metafóricamente la obra, podríamos decir que es sacar a luz instancias o recuerdos del pasado que significaron acoso.

El tema es atractivo de tomar y darle visibilidad, por variadas razones, desde lo negativo que es esta actitud, hasta la normalización que muchas veces se ha realizado a la experiencia de ser acosado. Y bien la obra lo desarrolla y se logra ver claramente, haciendo que cada instancia sea interesante de apreciar, pero también de generar preguntas en el espectador.

Si bien la obra toma los recuerdos de sus intérpretes, de alguna forma nos hace partícipes de ello. La infinidad de objetos que se encuentran en el piso, efectos de sonido y proyecciones en diferentes tamaños. Además de la locución de las intérpretes, definitivamente la convierten en una bomba de estímulos. Seis ovillos de vellón lana (tres rojos y tres blancos), dos cajitas de madera, raíces, figuras de vírgenes sujetos a cuerdas de lana, plumas, muchas tarjetas de color rojo con frases que dan alusión al tema. Además de los sonidos individuales (jadeos, ruidos ambientales, música) provenientes de pequeños parlantes que son trasladados por las intérpretes, provocan no querer de dejar la atención. En definitiva, es una obra interesante y recomendable de ver.

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