Pablo Lobos no necesita de guitarras distorsionadas para hacer punk del bueno. Desde la simplicidad de una guitarra acústica y acompañado de una batería, logra convertirse en un cronista de la decadencia rutinaria. El músico y dibujante relata las frustrantes simplicidades de la vida adulta, la crianza de niños, la pérdida del tiempo libre y de la buena onda. Todo esto llega en “Family Punk”, un LP casero de 15 canciones.
“En el disco se retrata con humor sarcástico y desde el punk rock, la idea de un imaginario punk de domesticidades: Yogures que se revientan en el piso, alaridos, caídas, el desorden, el pánico, el riesgo, los gastos comunes y los conserjes” nos cuenta Pablo.
Con un trabajo a mano alzada tanto en lo visual como lo sonoro, este trabajo logra impregnar esos pensamientos cotidianos de enfrentarse a la adultez; donde el punk se deforma en ese sonido que ya no es sólo juvenil, sino que también representa a los ‘papás punk’ de la actualidad.
“Todo acá es a pulso, la campaña consistió en 40 días de dibujos que se pueden ver en mi Instagram. Estos ilustran el disco, su portada y su imaginario”, explica Lobos.
Y es que este trabajo casero e íntimo dota de un sonido y una sensibilidad distinta al género punk. Esta sensación es algo que Lobos quiso realizar de manera intencionada, alejándose del sonido de estudio para brindar una propuesta más cercana al oyente.
Si bien fue un trabajo altamente casero, el trabajo contó con la producción en estudio de Andrés Batlle. Además, la mezcla y masterización estuvo a cargo de José Tomás Puga (@nosenomas), quien optó por utilizar técnicas análogas en cassette.
Escucha «Family Punk» en Spotify:
